Nadie empieza por los gritos
- A rocker
- 24 feb 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 feb 2023

Si nunca has leÃdo un libro y por primera vez te dan ganas, no empiezas con Guerra y Paz, primero porque León Tolstoi escribió 650 páginas sobre la sociedad rusa del siglo XIX en el apogeo napoleónico, y segundo porque familiarizarte con más de 500 personajes en tu debut es optar por apagar rápido esa flama lectora que se encendió asÃ, de la nada.
Es como si después de años de no haber hecho ejercicio regularmente, en tu primer dÃa de gimnasio haces cuatro series de 20 en cada aparato, si tienes suerte no se te bajará la presión pero al dÃa siguiente no te vas a poder ni mover y lo más seguro es que el pago de la segunda mensualidad nunca llegue.
Bueno, pues pasa lo mismo con el metal. Nadie se levanta un dÃa y dice: "como que me desperté con ganas de oÃr gritos que ni se entienden", pero nadie, eh, ni el gordo de El Chopo con el cabello hasta la cintura que vende los fines de semana los souveniers que le sobraron del último concierto en el Palacio de los Deportes.
Asà como acabarás en minutos con la ilusión de convertirte en Matilda si tu primer libro es Guerra y Paz, también terminarás odiando el metal y aceptando las sugerencias de Spotify si la banda con la que decidiste empezar es Pantera. No hay prisa, todo lleva un proceso.
Nadie comenzó leyendo El Lobo Estepario, Crimen y Castigo, o Mi Lucha, aunque eso sÃ, con años de ávida práctica se pueden disfrutar con la velocidad que se leen los siete libros de Harry Potter.
Es irónico que exista gente que critique cómo los metaleros pueden escuchar esos gritos todo el tiempo sin detenerse a pensar que, como todo en la vida, fue un gusto adquirido y alimentado con el tiempo.
Mejor abraza a tu metalero de confianza y la próxima vez que lo encuentres escuchando esa música que tu abuelita jura la siguen los fieles a Satanás, solo recuerda que lleva años escuchándola y ya es todo un experto.